miércoles, 3 de abril de 2019

Hoja en blanco


El lago planchado frente a mí y las nubes tan quietas que parece que siempre estuvieron allí aunque lo más extraño es este papel repleto de sentimientos y aún en blanco. Las miradas de mi alrededor están serenas y hasta pareciera que nadie sabe hablar.

Medito. Me detengo a sentir esa calma y una emoción me interrumpe la quietud, es tan lindo sentirla que me dan ganas de gritar. Cual es el fin de todo esto no lo sé y tampoco quiero saberlo pues eso me haría pensar, ponerle mente a algo que tan solo me lleva a disfrutar.

Es hora de comenzar a callar, ya dijimos tanto que lo vamos empañar. Sé bien lo que sientes porque si tan solo te pienso, te oigo respirar; si cierras los ojos dejo de ver, si cierras la boca no callaré y si decides echarme siempre te amaré.

Tan solo un día de tregua y me siento desbordar, fueron muchos años de silencio y ahora el encuentro parece desigual. Momento y lugar incorrectos que no me dispongo a aceptar, ya llevo una semana durmiendo contigo y no te puedo tocar, extraño tanto tu voz, tu risa y tu mirada que si cierro los ojos las puedo dibujar.

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