jueves, 4 de abril de 2019

En paz


Me siento a almorzar y un mensaje no me deja comer, no te puedo responder, tampoco puedo pensar. Respiro, me sereno y converso, alguien más sabe de vos y ya nadie quedará sin saberlo pero vuelvo... releo algunas de esas líneas y me ofusco, no comprendo.

Volver a encontrarte en esta vida es sinónimo de ganas de vivir y ya no hay lugar que transite que no sepa de nosotros. Deja vú, esto ya lo vivimos, la vida nos prueba otra vez y no puedo dejar de temblar. Si te vas estará bien, lo intentaré… Tan solo cerrá la puerta, dame un beso y cerrá despacio porque el portazo no nos hará bien.

En silencio y cada uno en un rincón, como si estuviéramos en penitencia, nos damos espacio hasta que nos disponemos a hablar. Estás lejos pero te puedo ver, tu voz me parte el corazón y “¿para qué? ¿para que nos pasa esto?” nos decimos y me acerco un paso. Hablamos, nos callamos, me apartás, me gruñís y yo cada vez más enamorado.

Algunas respuestas acompañadas de sonrisas nos recuerdan que no estamos enfrentados y de golpe todo se nos aclara, me tomás de la mano, te pido por favor que nos hablemos como lo hicimos, seamos transparentes así te acompaño a dormir y te abrazo al final del día como lo hicimos hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario