domingo, 26 de julio de 2009

La amante y la bailarina

Engordo la bitácora y tomo conciencia de ser dueño de palabras que hacen de mí, la hiedra que te enamore en primavera y te abandone en otoño; observo que hay escritos con dedicación para un amor anónimo que nunca se hizo cargo.
Un “tac, tac, tac” incesable pero pausado de mi birome me hace pensar, ella se convierte en la perfecta bailarina sobre la rayada pista de hielo, la traje hasta aquí para transformar ideas en palabras pero termino dejándola caer; me mira cómplice con una mirada en otro idioma que no es suyo ni nuestro, nos lo trajo el universo, la dejo reposar.
Me pregunto cuántas veces la cuchara golpeó la taza y el azúcar rayó el café mientras revuelvo entre sus gestos de amante negada con afán de encontrar el origen de su principio de interés y me topo con la borra de su historial recurrente.
Amanece un nuevo hoy, el café ya se enfrió, la bailarina despierta entre mis dedos para decirle a aquella amante que de no haberse aferrado a sus propias espinas, hoy, la rosa la acogería entre sus pétalos.

1 comentario:

  1. Me encantan tus palabras, y aunque a veces me pierdo un poco del sentido que ellas transmiten, creo entender hacia donde llevan. Simplemente bello. Un beso enorme, Gaby.

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